@ArielCarluccio
La próxima temporada del fútbol argentino
tendrá un condimento especial. O varios condimentos especiales. Porque el mundo
está dado vuelta y tres de los equipos grandes (River, San Lorenzo e
Independiente) estarán peleando en el fondo de la tabla de promedios. Esto si
somos buenos y no contamos a Racing, que tiene más soga pero no deberá
descuidarse.
La gran incógnita es como resolverán estos
equipos su situación. Claramente hace falta un plantel acorde a las circunstancias,
y para eso se necesita dinero. A todos les faltan las dos cosas. Para colmo
de males, dejan escapar a figuras que
desde los nombres y desde lo futbolístico fueron fundamentales para el último
año que vivieron. En el caso de River, es archi conocida la situación de
Cavenaghi y Dominguez. En San Lorenzo, Carlos Bueno.
A priori no parecen decisiones nada
inteligentes, teniendo en cuenta la escasez de dinero y el riesgo que conlleva
incorporar un jugador nuevo con todo lo que tenés por delante. De pronto,
podemos suponer que aparezcan dinero y jugadores, nadie garantiza que puedan
rendir como lo hicieron los que ya tenés. Es toda una apuesta, una jugada muy
riesgosa, echar a los que te salvaron el año para incorporar incógnitas
futbolísticas.
Más allá de los nombres, jugar con la camiseta
de un grande no es para cualquiera, y menos si te estás jugando la categoría. Es
muy difícil encontrar tipos que se banquen la parada como Bueno. Sino pregúntenle
a Gigliotti que en All Boys era un crack y este año no se destacó del montón. Y
ni hablemos en River. La banda roja pesa dos millones de kilos y está
demostrado en sobradas ocasiones que los que la descosen en otros equipos, en
River no pueden ni entrenar.
Es decir, dejan ir a los que les rindieron, con
la intención, sólo la intención, de traer uno igual o mejor, a riesgo de que
sea peor, pero primero hay que conseguir la plata. Y a los otros ya los tenían,
no había que poner nada. No se entiende desde ningún punto de vista. Todos sabemos
como termina esta historia. Van a aparecer los Velazquez, los Balsas, los
Canales, los Caruso, el 9 de “Sporting Tupungato” ¿En qué están pensando los
dirigentes?
Lo más agravante de la situación, es que todo
esto es por el descenso. A ver si nos entendemos: por el descenso. De repente, si vos estás para pelear el
campeonato y tenés un plantel rico, podés darte el lujo de prescindir de tal o
cual. Tenés margen para manejarte y no morir en el intento. Las culpas, los
pesos, las tensiones de no salir campeón no son las mismas que las de irse a la
B. Las apuestas son para otros momentos, no para estos. Y acá no estamos
hablando de fútbol, es la vida misma. Si te quedan diez pesos en el bolsillo y
estás cagado de hambre, te vas a comprar un paquete de fideos, no lo vas a
invertir en la bolsa.
Después tenemos que escuchar repetidas veces,
ese cassette de que “primero el club”, “el club está por encima de todos”, bla,
bla, bla. ¿De qué están escritas estas historias sino de egoísmos, celos y
anhelos de protagonismo? Por lo menos entérense, señores protagonistas, que nosotros
nos damos cuenta. Quieren matar a los ídolos, quieren terminar con las figuras,
y no se dan cuenta que están terminando con el prestigio del fútbol argentino.
Y esto vale la pena escribirlo hoy, cuando es
lógico y sensato. No es futurismo, es puro análisis de la realidad. Si dentro
de tres meses River y San Lorenzo pelean el campeonato todos serán aciertos y
elogios para Almeyda, Passarella y Caruso. Pero el primer acierto, el más fácil
y lógico de todos, lo tienen a mano y le
están dando la espalda.
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