martes, 3 de julio de 2012


@ArielCarluccio
La próxima temporada del fútbol argentino tendrá un condimento especial. O varios condimentos especiales. Porque el mundo está dado vuelta y tres de los equipos grandes (River, San Lorenzo e Independiente) estarán peleando en el fondo de la tabla de promedios. Esto si somos buenos y no contamos a Racing, que tiene más soga pero no deberá descuidarse.
La gran incógnita es como resolverán estos equipos su situación. Claramente hace falta un plantel acorde a las circunstancias, y para eso se necesita dinero. A todos les faltan las dos cosas. Para colmo de  males, dejan escapar a figuras que desde los nombres y desde lo futbolístico fueron fundamentales para el último año que vivieron. En el caso de River, es archi conocida la situación de Cavenaghi y Dominguez. En San Lorenzo, Carlos Bueno. 


A priori no parecen decisiones nada inteligentes, teniendo en cuenta la escasez de dinero y el riesgo que conlleva incorporar un jugador nuevo con todo lo que tenés por delante. De pronto, podemos suponer que aparezcan dinero y jugadores, nadie garantiza que puedan rendir como lo hicieron los que ya tenés. Es toda una apuesta, una jugada muy riesgosa, echar a los que te salvaron el año para incorporar incógnitas futbolísticas.
Más allá de los nombres, jugar con la camiseta de un grande no es para cualquiera, y menos si te estás jugando la categoría. Es muy difícil encontrar tipos que se banquen la parada como Bueno. Sino pregúntenle a Gigliotti que en All Boys era un crack y este año no se destacó del montón. Y ni hablemos en River. La banda roja pesa dos millones de kilos y está demostrado en sobradas ocasiones que los que la descosen en otros equipos, en River no pueden ni entrenar.
Es decir, dejan ir a los que les rindieron, con la intención, sólo la intención, de traer uno igual o mejor, a riesgo de que sea peor, pero primero hay que conseguir la plata. Y a los otros ya los tenían, no había que poner nada. No se entiende desde ningún punto de vista. Todos sabemos como termina esta historia. Van a aparecer los Velazquez, los Balsas, los Canales, los Caruso, el 9 de “Sporting Tupungato” ¿En qué están pensando los dirigentes?
Lo más agravante de la situación, es que todo esto es por el descenso. A ver si nos entendemos: por el descenso.  De repente, si vos estás para pelear el campeonato y tenés un plantel rico, podés darte el lujo de prescindir de tal o cual. Tenés margen para manejarte y no morir en el intento. Las culpas, los pesos, las tensiones de no salir campeón no son las mismas que las de irse a la B. Las apuestas son para otros momentos, no para estos. Y acá no estamos hablando de fútbol, es la vida misma. Si te quedan diez pesos en el bolsillo y estás cagado de hambre, te vas a comprar un paquete de fideos, no lo vas a invertir en la bolsa.
Después tenemos que escuchar repetidas veces, ese cassette de que “primero el club”, “el club está por encima de todos”, bla, bla, bla. ¿De qué están escritas estas historias sino de egoísmos, celos y anhelos de protagonismo? Por lo menos entérense, señores protagonistas, que nosotros nos damos cuenta. Quieren matar a los ídolos, quieren terminar con las figuras, y no se dan cuenta que están terminando con el prestigio del fútbol argentino.
Y esto vale la pena escribirlo hoy, cuando es lógico y sensato. No es futurismo, es puro análisis de la realidad. Si dentro de tres meses River y San Lorenzo pelean el campeonato todos serán aciertos y elogios para Almeyda, Passarella y Caruso. Pero el primer acierto, el más fácil y lógico de todos,  lo tienen a mano y le están dando la espalda.
Categories:

0 comentarios:

Publicar un comentario