Claudio Morel y Germán Lux vivirán el domingo su segundo clásico gallego. Ambos futbolistas llevan poco tiempo en el plantel del Deportivo La Coruña militando en la Segunda División de España, pero si algo no les falta es experiencia en este tipo de clásicos. El lateral y el arquero disputaron en numerosas ocasiones el superclásico argentino: el River-Boca.
Morel lo vivió con la cámiseta xeneize, mientras que Lux defendía los colores Millonarios. Por ello, ambos son dos voces muy autorizadas para hablar sobre duelos de rivalidad: “He vivido varios clásicos y son siempre partidos diferentes. Pase lo que pase al final de temporada, la hinchada siempre recuerda esos encuentros”, comenta el arquero.
“Da igual como llegues, o si juegas bien o juegas mal. La hinchada al final sólo recuerda quién gana. Son los partidos más importantes de la temporada”, analiza Morel, que militó seis años
en Boca, en donde ganó títulos tan importantes como Copa Libertadores.
El choque del domingo llega además en una situación privilegiada para el Deportivo. Los blanquiazules son líderes destacados, y un triunfo en casa de eterno rival sería un paso definitivo hacia el ascenso. Morel va incluso un poco más allá: “Los clásicos siempre son especiales pero más en esta situación, porque llegamos primero segundo y podemos dar el paso al título si ganamos”.
El arquero, campeón olímpico con Argentina y de varios torneos con River, no tiene inconveniente en colgar el papel de favorito a su equipo, a pesar de que en los clásicos todos intenten evitarlo para cargar de presión al rival: “De chico me acostumbré a jugar como equipo grande en River, y en los últimos años lo había olvidado. Ahora el Dépor me ha devuelto eso. Somos favoritos y lo asumimos sin presión y con humildad”.
En cuanto a las similitudes entre un Celta-Dépor y un River-Boca, Morel encuentra alguna: “Son parecidos porque la ciudad está pendiente de esos partidos desde mucho tiempo antes de que llegue”. El clásico argentino siempre se vive con mucha pasión en las tribunas. Lux tiene una anécdota que ejemplifica bien esto: “El partido que más me ha marcado es un Boca-River en La Bombonera en la que cuando nos estábamos cambiado en los vestuarios el estadio se movía por el espectacular ambiente que había”, aseguraba el arquero.
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