martes, 13 de marzo de 2012

@marcoruizjimeno

“Algunos creen que el fútbol es solo una cuestión de vida o muerte, pero es algo mucho más importante que eso” –Bill Shankly-

            Tal vez la gente nos tache de locos o radicales, lo cierto es que quien ha pisado un césped para jugar a la pelota, sabe lo rico que es hacer esa gran jugada por la que te recordarán hasta el próximo partido, o meter el gol de la victoria que te convertirá en un héroe.  Pero no solo la victoria tiene sabor, el de la derrota es aún más fuerte, y sucede que como con los buenos vinos, solo los paladares más educados pueden asimilarlo e incluso disfrutarlo.



            Jugar al fútbol es el máximo disfrute que he vivido, pero ahora que no me puedo poner los botines para mandar ese balón entre líneas con la parte interna, me convertí en un “aficionado profesional” de mi deporte favorito. Y esto es como una ruleta rusa, a veces te paga devolviéndote la vida y a veces tan solo te da un tiro en la cabeza. Cuando vistes con los pantalones cortos puedes escribir el destino de la pelota, pero cuando lo ves desde la grada, tan solo puedes encomendar a la pelota con los mil y un santos que conoces para que gane tu equipo.

            Si, soy un adicto al fútbol, al buen fútbol. Me han privado en dos ocasiones de jugarlo y las dos lo volví hacer. Todas mis ex-novias han tratado de rehabilitarme una y otra vez, pero definitivamente el fútbol las golea. Es como pedirte que no duermas, que no comas, o peor aún pedirte que dejes de respirar y te pongas a correr. Shankly tenía mucha razón en torno a la importancia del juego, el escosés fue un hombre con un solo amor, el Liverpool. Convirtió a los de Merseyside en una leyenda, pero si piensas que era como Guardiola te equivocas. Este tipo era un duro y apasionado del deporte, en sus plantillas no había variantes, jugaban una y otra vez los mismos 11 y al final los 3 cambios eran los mismos de siempre. Un intenso y apasionado de el fútbol que se llevó el rojo hasta la misma muerte.

Yo creo que no estoy loco, aunque si lo fuera sería un honor. Si un loco es un hombre como Marcelo Bielsa, me encantaría que todos lo fuéramos. Recién estaba viendo por enésima vez, esa videoconferencia que se mandó con la gente de Urrutia y el Athletic antes de convertirse oficialmente en Director Técnico de los leones de San Mamés. Este “loco” miro los 42 partidos de los vascos 2 veces, si solo se hubieran jugado los 90 minutos, Bielsa vio 7,560 minutos de fútbol, 5 días y cuarto. Pero el no solo mira, Don Marcelo analiza, descifró el parado del equipo y del rival cada uno de los partidos, su accionar en cada pelota parada, y por si fuera poco cruzó en una ficha los numeritos de cada jugador, con su comportamiento  y la fisonomía, porque como dice el “demuestra que si toca saludar, uno sepa a quien le da la mano ¿No?”. A lo que me pregunto, ¿Alguien vivirá con mas pasión su trabajo?

            Dejemos en paz al “loco”, estoy seguro que ese hombre no muy tarde le devolverá al Athletic lo grandioso que fue en su historia. Pero si vemos la pasión y “el entrañismo” con el que vive (y analiza) Marcelo cada minuto de juego, enfoquemos la lente ahora en otro personaje, uno alto, espigado como el trigo, un hombre que irradia tanta poesía como humo de cigarro, ese hombre que a título personal, es el mas sabio del orbe, si, te hablo de “el flaco” César Luis Menotti. Este hombre no es mas o menos apasionado que el otro, simplemente que tiene un estilo inigualable de vivirlo, este hombre puede ver un 0 – 0 y      desmenuzarlo de tal modo que la historia de el maracanazo quede aburrida. Para entender basta escuchar su apreciación sobre el FC Barcelona, “para mi el Barça son Iniesta y 10 más”.  Y si, porque “el flaco” entiende un fútbol pensante, cadente, con clase, en el que el desequilibrio esta en la ubicación o en el pase, no en la velocidad y la fuerza,  que caracterizan tanto al fútbol inglés del que Shankly y su Liverpool son un estandarte.

            De Shankly, me quedó con su frase y la fuerte pasión con que vivía el fútbol, pero sin duda, es por personajes como este par de pamperos, que mi adicción no frena, mas bien se acelera. Me resignó a dejar el deporte que tantas satisfacciones le ha dado a mi vida, siempre habrá alguna forma de vivir ligado a esa pasión que solamente la tumba me podrá quitar. Ahora te escribo, al rato lo veo, el fin de semana voy al estadio y así seguiré sin parar. Quiero ser un loco, pero también quiero ser un flaco, y ¿Por qué no? Ser un “flaco loco”

            Te invitó a seguir leyendo mi trabajo aquí en “La Remolacha Mecánica”, y desde mi blog, “deporfilia” http://deporfilia.tumblr.com o sígueme en Twitter @deporfila . Saludos desde México.

¡Nos leemos pronto!
@marcoruizjimeno
           
           
             

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