miércoles, 30 de abril de 2014

En una de esas noches que quedarán en la historia, el Atlético de Madrid venció 3-1 al Chelsea en Stamford Bridge. Una actuación colectiva brillante, sobretodo en un segundo tiempo soberbio. El 25/05 dirimirá la final de Champions con el Real.

Cuatro décadas después. Ese tiempo tuvo que esperar el Atlético de Madrid para volver a una final de Champions League. En aquella ocasión, el Bayern Munich los dejó en la puerta. Ahora mismo es una nueva oportunidad, de la mano de Diego Pablo Simeone, para hacer historia. La misma que viene escribiendo el entrenador argentino en un club que lo tuvo como ídolo en su época de jugador, en el cual hoy agiganta su figura.

El propio Cholo comenzó el partido con una apuesta dentro del once: Adrián, ese mismo delantero que había tenido una noche gloriosa en Mónaco en la Supercopa frente a Chelsea de hace un par de años. Y la jugada no le saldría mal, dentro de un sistema de 4-4-2 que salió a la cancha de forma diferente a como lo había hecho en el Vicente Calderón.

Los dirigidos por José Mourinho fueron los que, desde un principio, asumieron los riesgos con la intención de tomar la iniciativa con balón. Mourinho dispuso un 4-2-3-1, que tenía la clara intención de transformarse en un 4-5-1 con el descenso de Azpilicueta y el cierre de Ivanovic. Además, David Luiz se ubicaba como mediocentro. Pero esa postura hacía que el Chelsea logre juntar las líneas, y que cualquier jugador pueda relevar en todos los sectores en el retroceso.

De hecho, en la primera parte el brasileño Willian fue creciendo de a poco a espaldas de Tiago, y los londinenses comenzaban a generar por allí. El ex Shaktar Donetsk crecía en tres cuartos de cancha, era quién originaba las principales chances ofensivas de los Blues. El Atlético se dedicaba a aguantar en su campo, para poder salir rápido por bandas.

El primer tanto, el que era meritorio por la búsqueda más incisiva, llegaría por la soltura de Willian. Del centro a la derecha, el moreno mediapunta pasó entre dos rivales y creó el espacio. Azpilicueta pasó por detrás de él, envió el balón bajo al área, y Fernando Torres pateó de primera. Courtois, que en principio parecía adivinar el destino de la pelota, se vio influenciado por un rebote que lo descolocó e hizo que la bola ingrese en el segundo palo. Chelsea ya había tenido una clara ocasión con una chilena de gran gesto técnico de David Luiz.

Con la ventaja en el marcador, ganando en ambas áreas, el primer tiempo del conjunto inglés era bueno. Terry y Cahill se imponían de arriba y se devoraban a Diego Costa, y las salidas por izquierda del Atleti no podían ser aprovechadas por las ayudas que Azpilicueta realizaba sobre Ivanovic en la marca. Del otro lado, la serie de Torres era cada minuto mejor, por su habilidad para rescatar faltas en la soledad, por el pivoteo en su juego de espaldas, y por el gol.

Pero llegando al final del PT, el Colchonero comenzaría a crecer. Si lograba defenderse bien más allá de perder las espaldas en el centro del campo en ciertas acciones, el nivel de sus jugadores claves comenzaría a elevarse, sobre todo en esa zona medular. Koke crecería, a partir de su pegada el Atlético llevaba peligro, y Tiago haría una obra espectacular para dar paridad al partido de vuelta. El centrocampista, que perdía en fase defensiva, recibió la pelota con libertad en campo contrario y soltó un pase estupendo. Por detrás de Cole, de muy mal partido, apareció Juanfran, que envió la pelota al centro para que Adrián la empuje a la red. Esa apuesta de Simeone finalmente terminaría dando resultado. El atacante, conjuntamente al gol, defendía y era un medio más, dejando a Costa y su juego físico en solitario arriba.

Empate en uno, ese marcador daba la clasificación al equipo español. De todos modos, el conjunto del Cholo salió a disputar el segundo tiempo con ese espíritu que viene manteniendo desde que comenzó la temporada. En lugar de protegerse, cerrarse, para salir con todo a la contra, prefirió arrancar el complemento y liquidar la historia, a sabiendas de lo que ha logrado Mourinho en el último tiempo (sin ir más lejos, en la serie frente a PSG).

Diego Costa, que hasta los primeros minutos de esa parte final realizaba una serie muy baja en rendimiento, fue a buscar la segunda jugada de un córner y recibió la falta de Eto’o. Inmediatamente, el camerunés supo que su fuerza al buscar la bola había sido desmedida. Penal y perfecta ejecución del atacante brasileño, al centro y fuerte, cuando Schwarzer se la jugó a su palo izquierdo. Ese penal acabaría por levantar la eliminatoria para los madrileños, y agrandar el nombre de Costa en la institución. Su lucha con los centrales comenzaría a ser productiva, y las fallas defensivas del Chelsea empezaban a sucederse. Tanto Cahill como Terry debían ocupar un territorio extenso al tener que cubrir las fallas de los laterales.

Desde el centro del campo, Koke y Mario Suárez crecieron al unísono. Ambos se ofrecían siempre para la descarga, y jugaban la pelota con una técnica y precisión brillante. De ese modo, el Atlético Madrid empezaba a enmarcar una segunda parte soberbia. Dominando en ambas transiciones generando superioridades, escalonando las marcas, con apoyos, cerrando a cada rival para no darle caminos de salida. Courtois apareciendo en momentos justos con tapadas y reflejos asombrosos. También, el Atleti tenía una pulcritud muy buena en el trato de balón y el intento de profundización por la banda izquierda.

La clausura del marcador llegaría de la mano de Arda Turan. El turco, que volvió en la ida tras una lesión, es la viva personificación de ese espíritu del Atlético. Remató, la pelota dio en el travesaño, y fue el más atento para ir a buscar el rebote y empujar al arco el tercer gol. Histórico, la obra de Simeone en este club en su punto más alto.

El resultado final de 3-1 como visitante en Londres da lugar a que el Atlético llegue, después de tanto, a una nueva final del certamen más importante del mundo a nivel clubes. Ese que no disputaba hace 17 años, cuando Simeone era jugador del club. El 24 de mayo, en Lisboa, la Champions tendrá un vencedor de Madrid.

Nicolás Galliari

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