@Alejandro_Farace_
Difícil imaginar las palabras del título hace poco más de
una década, cuando el período de reconstrucción de los Chicago Bulls comenzaba,
propiciado por el retiro del mejor jugador de todos los tiempos, Michael
Jordan. Continuado con el alejamiento de sus otros dos pilares, Scottie Pippen
y el técnico Phil Jackson, se dispuso un desmantelamiento integral de la
escuadra como puntapié de un supuesto plan maestro que permitiría una renovación
total de la franquicia y tiempos de buen juego en un tiempo breve.
Nada más alejado de la realidad: quienes hemos seguido al
equipo conocemos las penas que hemos tenido que atravesar: plantillas con
jugadores de escaso renombre, transacciones impensadas tanto desde lo deportivo
como desde lo económico, y decisiones gerenciales incompetentes a todas luces
fueron los condimentos para el hundimiento total del equipo.
Afortunadamente, no hay mal (ni tampoco dirigente) que
dure mil años, y hacia mediados de la década anterior, los Bulls pudieron ver
la luz que tan esquiva les venía siendo.
A continuación, les damos un rápido repaso por los
últimos momentos turbulentos de los Bulls post MJ, que llamativamente comienza
y termina en temporadas de “lockout”.
1998-1999: fin
de la dinastía de Jordan y comienzo de la reconstrucción
Todos recordamos el tiro del final de Michael Jordan
contra el guardia Scott de los Jazz, que le daría a Chicago el sexto título de
su historia.
El mundo del básquet sabía que sería la última temporada
de MJ, y vislumbraba la salida de su técnico y amigo Phil Jackson. Se
deslizaría una versión de “insolvencia económica” (recordar que Chicago
disponía de una nómina consumida por contratos enormes, sobre todo Jordan y
Pippen) como motivador de una “cirugía” aún más invasiva. Y finalmente se dio:
los Chicago Bulls se desprendían de la mayoría de sus titulares en busca de un
período de transición y flexibilidad financiera para construir, prácticamente
desde cero, una franquicia renovada. Pippen, Longley, Kerr, Buechler y algunos
más se marchaban (algunos por jugadores y selecciones en el draft, otros por
finalización de contrato) y dejaban espacios que finalmente serían llenados por
jugadores de reparto, donde se puede percibir que la intención de Jerry Krause
(en su momento, Gerente General de Operaciones del equipo) sólo era contar con
la cantidad mínima de jugadores inscriptos para poder competir.
Se firmó a Brent Barry como jugador destacado (previo a
su explosión en Seatlle) quien se convertiría en uno de los mejores anotadores
del equipo; Kukoc permaneció y se erigiría como el anotador clave con casi 18
puntos de promedio; Randy Brown, Dickey Simpkins, Bill Wennington y Ron Harper
también continuaron y nos permitieron tener reminiscencias de los viejos Bulls.
Phil Jackson fue reemplazado por un “amigo” de Krase, Tim
Floyd, cuya experiencia consistía solamente en el básquetbol universitario.
Decisión errada si las hubo…
En una temporada acortada, Chicago finalizaría con un
récord de 13-37, logrando además la selección número 1 en el draft del próximo
año.
Dato curioso: Los Bulls establecieron en esta temporada
la menor cantidad de puntos en un partido desde la implementación del reloj de
tiro; fueron sólo 49 en 48 minutos de juego contra los Miami Heat.
1999-2000: Elton
Brand y el comienzo de la caída libre.
Comenzó la temporada 1999-2000 con un guiño de suerte
para Chicago: la primera selección era usada para hacerse de los servicios del
delantero Elton Brand, clase 1999, un jugador que en la jerga basquetbolística
se lo conoce como de “20-10”
(20 puntos y 10 rebotes en promedio, por partido) y el novato no tardaría en
demostrar su valía.
Se transformaría en el pilar del equipo, con promedios superiores
a los esperados, en una temporada que lo vería protagonizar el quinteto inicial
con el alternador entre piso y banca Ron Artest (quien recientemente ha
cambiado su apellido, y que para estas épocas era un individuo un poco más
centrado). La tercera selección en este draft sería el delantero/centro Michael
Ruffin, quien pasaría sin pena ni gloria.
Brent Barry fue cambiado a Seattle a cambio del
especialista tirador Hersey Hawkins (quien llamativamente cortaría su racha de
partidos consecutivos una vez llegado a Chicago), Dickey Simpkis continuó en el
equipo, transformándose en jugador activo en rotación.
La nota de color viene por el lado del regreso de dos
“viejos conocidos”: BJ Armstrong (perdido en el draft de expansión en 1995) y
Will Perdue (quien se dice que desembarcó sólo por ser “amigote” de Jerry
Krause). Ambos harían las veces de mentores para los jóvenes jugadores del
plantel.
Durante los cambios de Febrero, se intercambia a Kukoc
por Bruce Bowen (el excelente defensor multicampeón con los Spurs) a quien se
corta inmediatamente y John Starks (sí, el mismo acérrimo enemigo de los Bulls
durante las batallas en el MSG a comienzos de los años 90). Starks sólo
registra 4 partidos como jugador de Chicago antes de ser cortado debido a su
pedido de jugar para un equipo de calibre.
La temporada de Chicago sería vergonzosa: un total de 15
partidos ganados y 67 perdidos comenzaban la caída libre que continuaría por un
tiempo prolongado.
2000-2001: Sigue
el bajón, emerge una “figurita desconocida”
Temporada que comienza con un equipo con realmente poca
experiencia.
Chicago logra hacerse de Jamal Crawford (jugador en la
actualidad de los Trailblazers y elegido 6to. Hombre en la temporada pasada
jugando para los Atlanta Hawks).
Se produce el arribo de tres jugadores que resultarían
importantes durante este duro trance en la historia deportiva de la franquicia:
Fred Hoiberg, apodado “El Mayor”, firmado como agente libre desde los Indiana
Pacers, jugador de rol pero con presencia fuerte a nivel humano; Brad Miller,
considerado en su momento un verdadero tapado, proveniente de los Charlotte
Hornets (gracias a Chicago comienza un buen trance en la carrera deportiva de
Miller, incluyendo temporadas en los Pacers, Sacramento y Houston); y también
Ron Mercer, ex Boston Celtic, quien fue contratado como jugador franquicia.
Mercer sería, lógicamente, el líder anotador de la temporada.
Los Bulls sólo mejoraría en 2 partidos el récord
conseguido durante la temporada: registrarían entonces un récord de 17-65, y la
paciencia de Krause hacia el entrenador Floyd ya se encontraba lo
suficientemente herida como para ir pensando en un reemplazo en el corto plazo.
2001-2002: Que
alguien me explique esos cambios…
La ineptitud de Jerry Krause alcanzó su punto máximo
cuando previo al draft de esta temporada, cambió a su jugador insignia, el
confiable Elton Brand, por la segunda selección (que se terminaría convirtiendo
en el centro Tyson Chandler, de pasada poco productivo en Illinois, pero
actualidad de campeonato con los Dallas Mavericks durante la 2010-2011, y
jugando actualmente en la Gran Manzana
con los Knicks).
Perdido Brand, se sigue apostando a la juventud, firmando
al centro Eddy Curry (quien actualmente retomó la actividad); para compensar un
poco, se firma al ex Bull Charles Oakley y Greg Anthony para infundir
conocimientos y presencia en los casilleros.
Se selecciona al experto defensivo Trenton Hassell, de
buen desempeño durante sus días en la franquicia.
Tras 25 partidos, es inminente la salida de Tim Floyd,
reemplazado por el ex estrella de Chicago Bill Cartwright, quien logra ganar la
misma cantidad de partidos que los Bulls en su mejor temporada en la era post
Jordan (17-38 sería su record final).
En otra transacción sin sentido alguno, se intercambian a
Ron Artes, Ron Mercer, Kevin Ollie y Brad Miller (3 titulares indiscutibles)
por Jalen Rose, Travis Best, Norm Richardson y una selección de segunda ronda.
Reitero, sin sentido alguno.
Nuevamente en el fondo de la liga, Chicago termina con un
récord de 21-61.
2002-2003 y
2003-2004: El regreso de un ídolo y los últimos años de sequía deportiva
Entre el 2002 y el 2004 Krause tendría sus últimos 2 años
para continuar haciendo desastres con el equipo.
La suerte tampoco estaría de su lado, ya que para el 2002
Chicago consigue los derechos del base estrella Jay Williams, quien sólo
jugaría una temporada luego de sufrir un gravísimo accidente en motocicleta
finalizado el 2003 (recordemos que un contrato estándar de NBA indica que las
motos se encuentran prohibidas).
Durante el 2002-2003 Jalen Rose consigue jugar todos los
partidos y ser el goleador del equipo; los Bulls se hacen de los servicios del
delantero Donyell Marshall, tibio intento de hacer olvidar el aporte de Elton
Brand noche tras noche.
Los rookies Chandler y Curry siguen con su lento
crecimiento en un equipo urgido de triunfos y buen juego.
Como punto negro, la contratación del desconocido Eddie
Robinson por 5 años (una jugada “a lo Brad Miller” que salió terriblemente
mal). Robinson se iría luego de una temporada.
Primera temporada completa de Bill Cartwright como
técnico del equipo, un récord final de 30-52 que decepciona pero mejora los
desempeños anteriores.
Hacia el 2003, los Bulls anuncian la firma de Scottie
Pippen, gloria del equipo quien estaría volviendo para su última temporada como
profesional. Como era de esperar, el estado físico de Scottie no era el mejor,
si bien creo que todos pensamos que merecía un último período como jugador de
Chicago. Su estadía fue poco productiva, disputando sólo 23 partidos y 6 de
ellos como titular, pero su presencia fue y será siempre indiscutida.
Se produce el arribo de “el capitán” Kirk Hinrich, quien
rápidamente se haría con el lugar de armador titular (jugador cambiado hace
poco para hacer lugar al crecimiento de Derrick Rose).
Antes del final de la temporada, se firma al técnico Scott
Skiles, gran estratega, instancia que conjuntamente con la renuncia de Jerry
Krause y la llegada de John Paxson, ex jugador de los Bulls y nuevo en el lado
gerencial, armaría el contexto para la tan esperada clasificación de Chicago a
los playoffs de la NBA
en la temporada siguiente.
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